• marzo 24, 2014

¿Cómo te ves ante el reloj? ¿Eres víctima o responsable?

¿Cómo te ves ante el reloj? ¿Eres víctima o responsable?

Ante cualquier acontecimiento de la vida tenemos la posibilidad de elegir uno de estos dos papeles: el de víctima o el de responsable. Pero nuestra tendencia natural nos lleva siempre a decantarnos por la peor opción, la de víctima. Desde esta tendencia natural actuamos en automático, con un umbral de conciencia muy bajo. Lo bueno es que, tan pronto nos damos cuenta de ello, empezamos a actuar de un modo diferente.

¿Qué papel jugamos ante el reloj? ¿Qué posibilidades me abre o cierra cada papel?

Uno de los hábitos más arraigados es el de vernos a nosotros mismos como víctimas ante cualquier circunstancia. Nos gusta creer que no formamos parte del problema. Sea lo que sea, mucho de lo que nos pasa lo vivimos como algo ajeno a nosotros y, por lo tanto, totalmente fuera de nuestro control. Desde esta posición, encontrar culpables es sencillo, forma parte de nuestra capacidad para construir explicaciones. Así que, por definición, el culpable siempre será ¡¡EL OTRO!!! y, en este caso, “el reloj que marca las horas”

 ¿Qué papel elegimos ante el reloj?

Pues siguiendo nuestra tendencia natural, el papel que solemos elegir es el de víctima. Y eso lo vemos en las explicaciones que nos damos ante cualquier problema relacionado con el tiempo. Sólo tenemos que pensar en nuestra respuesta favorita: “No tengo tiempo”. Como si fuese algo que unos tengamos más que otros; cuando, en realidad, todos tenemos el mismo ¿no? Si lo expresamos en horas/día: 24 para todos y cada uno de nosotros.

Sirva de ejemplo una conversación ficticia en la que alguien nos pregunta por algo que dijimos que íbamos a hacer:

Pregunta: ¿Cómo llevas aquello que te pedí?
Respuestas:
  A) No he tenido tiempo. Mira como estoy
  B) No lo he hecho porque le he dado prioridad a otras cosas que    considero más importantes (o que nos aportan más valor…)

¿Con qué respuesta te identificas más? Si es la B, ¡enhorabuena!!!  Eres una persona que apuesta por su Productividad y Calidad de Vida. Cuando respondemos según B, actuamos desde el rol de RESPONSABLES, en cambio, cuando lo hacemos desde A actuamos bajo el rol de VÍCTIMAS.

¿Qué ventajas o inconvenientes puede tener elegir un papel u otro respecto al factor tiempo?

El papel de víctima, tiene muchas ventajas. Lo que decimos o nos decimos desde el victimismo tiene la ventaja de que nos quita tensión, responsabilidad, nos sirve para ganarnos la simpatía y el consuelo de los demás y ganar adeptos a nuestra causa pero, eso son sólo ventajas aparentes. El gran inconveniente es que nos deja sin apenas posibilidades de actuar porque el único modo que tenemos de actuar  es quejarnos y “LA QUEJA NO RESUELVE NADA”. Nos deja indefensos, sin posibilidades de actuar, de cambiar algo o de coger las riendas de la situación.

 ¿Cómo podría ser esta conversación desde el papel de víctima?

– ¿Cómo llevas aquello que te pedí?
– No he tenido tiempo. Mira como estoy
– Pues saca el tiempo de donde sea, tiene que estar sí o sí
(Lo que pienso)…: No hay derecho, no merece la pena vivir así, no me da la vida, cada vez salgo más tarde, me están explotando, me van a echar de casa, si me niego me echan, no hay salida, ellos bien que se van, nadie valora mi esfuerzo…
– (Quienes nos consuelan)…: No sé como aguantas, vas a enfermar, no hay derecho, cómo se aprovechan, vete de ahí, busca otro trabajo..

Solución:  ¿sacar el tiempo de donde sea? Quejarse resulta poco práctico porque al hacerlo estamos anulando cualquier posibilidad de intervenir y de resolver las circunstancias.

¿Cómo podría continuar esta conversación desde el papel de responsable?

– ¿Cómo llevas aquello que te pedí?
– He dado prioridad a otras cosas  más importantes para nuestro negocio
-¿Y qué es eso que es tan importante? ¿Por qué has antepuesto eso sin hablarlo conmigo? …

Este último diálogo nos llevaría a otras conversaciones con nuestro interlocutor sobre qué es o no prioritario, qué acciones aportan más o menos valor al negocio o cómo alinear los objetivos de ambos. Y también a conversaciones con nosotros mismos, sobre qué dificultades nos impiden pasar a la acción o que nos impide hacer primero lo que realmente aporta valor, cómo ser más productivos o delegar.

Esta conversación nos llevaría a preguntar, en lugar de suponer y a descubrir nuevas posibilidades de actuar. Un ejemplo lo tenemos en una suposición muy generalizada: “la gente con la que opero en mi trabajo conoce perfectamente las necesidades y prioridades de mi trabajo” o “lo que hago es evidente, ya se darán cuenta o ya me lo reconocerán”. En cambio, en la mayoría de las empresas nos encontramos con una realidad muy distinta: El hecho es que sólo el que desempeña su puesto conoce mejor que nadie las necesidades reales del mismo e incluso lo que podría hacer en su ámbito para ser más productivo. Por ello, las prioridades o necesidades que detectamos desde cada posición se perciben de un modo  totalmente diferente. En este sentido, somos responsables, no sólo de conocer qué hacen los demás, sino también de informar de lo que voy a dejar de hacer o posponer si hago lo que me pides, para que así el otro pueda también valorar las consecuencias y la urgencia o prioridad de que antepongas lo que te ha pedido.

Asumir la responsabilidad resulta mucho más práctico porque al hacerlo estamos abriendo posibilidades de intervenir y de resolver las circunstancias. En definitiva, descubrir nuevas posibilidades que son las que nos van a permitir ser más eficientes para conciliar mejor nuestra vida laboral y personal y, como consecuencia, mejorar nuestra calidad de vida. Recuerda que “La diferencia entre ordinario y extraordinario es ese poco de más”.- Jimmy Johnson

¿Crees que el trabajo te está afectando a otras áreas? ¿Te come el tiempo? ¿Qué precio estás pagando por actuar como actúas? ¿Esperas cambiar y quieres hacerlo?… ¿Cómo? Con la Psicología Coaching.

Y si  te ha gustado, compártelo o amplíalo con algún comentario.

¡Hasta la próxima!

Belén San Miguel

En Coachycom acompañamos a las personas desde un espacio seguro y confidencial, telefónico, telemático o presencial para que desarrollen su potencial. Nuestros clientes nos dicen que sus sesiones de Coaching les han servido para gestionar sus emociones, tomar decisiones y adaptarse mejor a los cambios. Y, sobre todo, para sentirse más felices y con más confianza en sí mismos.  ¿Te apetece probarlo? Únete ahora y consigue una sesión de prueba gratuita.

sin comentarios
  • Marisa marzo 11, 2014 at 10:57 am

    Tu artículo da que pensar sobre la técnica que sigues en el trabajo. Objetivo cumplido. Como siempre, eficaz.

  • Belén marzo 11, 2014 at 12:23 pm

    Gracias Marisa!!! ese es mi objetivo: invitar a la reflexión. Si a ti te ha servido, me doy por satisfecha. Un abrazo