Estos días no dejamos de oír y hacer comentarios sobre lo que nos cuesta volver al trabajo. Hay incluso quienes hablan de estrés postvacacional y de medidas para combatirlo… Para algunos tan solo se trata de un malestar pasajero pero para otros es un mal permanente. En cambio ¡cuántos ahora mismo se alegrarían por poder volver al trabajo!! Pienso en la ilusión que esto les supondría a muchos de los jóvenes que no encuentran su primer trabajo o aquellos no tan jóvenes que han perdido la esperanza de volver a él.
No parece solidario quejarse del trabajo con una tasa de paro del 22,2 %, pero la realidad es que los motivos para estar desencantados también van en aumento, bien por las nuevas condiciones de trabajo o bien por la pérdida de sentido o valores en muchos de ellos. Quejarse tampoco resuelve nada pero ¿podemos hacer algo para encontrar o recuperar esa ilusión, sentido o propósito en nuestro trabajo?
¡Qué tendrá esto del trabajo que a tantos hace penar! A unos por querer tenerlo …
A pesar de nuestras quejas, el trabajo tiene otros beneficios, más allá del de garantizarnos unos ingresos económicos. Jahoda M., tras varios estudios de investigación, nos habla de ellos en sus cinco funciones latentes:
- el empleo impone una estructura del tiempo;
- implica regularmente experiencias compartidas y contactos con la gente fuera del núcleo familiar;
- vincula al individuo a metas y propósitos que rebasan el propio yo;
- proporciona un status social y clarifica la misma identidad personal; y
- requiere una actividad habitual y cotidiana.
Por lo que no es de extrañar que el desempleo aparezca como algo psicológicamente destructivo, incluso en aquellos casos en que están garantizados los ingresos económicos.
A otros por querer dejarlo…
Volver al trabajo supone un cambio y aunque por nuestra condición humana no soportamos la rutina, también contamos con una gran resistencia a los cambios. Cualquier cambio, tanto favorable como desfavorable, nos genera estrés y volver al trabajo no deja de conllevar muchos cambios: de horarios, vivienda, hábitos, compañía, paisaje, comidas… Pero no me refiero a esa resistencia inicial y pasajera que muchos sufrimos al adaptarnos a la actividad laboral, me refiero a las ganas auténticas de querer dejarlo. A aquellos que vuelven al trabajo con gran desilusión y no terminan de adaptarse.
Me refiero a los que no encuentran o han perdido su “para qué”, el sentido que le dan a su trabajo o el propósito de estar o de continuar en él. Ante la necesidad de seguridad, hay personas que decidirán no hacer nada durante un tiempo, pero es muy probable que la insatisfacción los ahogue. Otros quizá se vayan de la empresa, con el riesgo de volver a caer en la misma desilusión, pero la mayoría puede descubrir cómo encontrar sentido en su trabajo actual o en voluntariados fuera del trabajo, y sólo así, estar más a gusto y más dispuestos a mejorar su rendimiento.
En estos casos, el Coaching en una herramienta de valor incalculable porque les ayuda a aclarar sus propias ideas, pues mientras sigan confundidos es difícil que puedan dar lo mejor de sí mismos.
Si este es tu caso, a continuación encontrarás algunos ejemplos de preguntas que suelo plantear en sesiones de coaching para que los clientes determinen lo que para ellos sería su situación ideal, para que tomen conciencia de lo que está siendo su realidad actual, indaguen y descubran varias opciones de cambio y se comprometam con un plan de acción real, que les permita recuperar su bienestar y satisfacción, ya sea en su trabajo actual o en otro.
Algunas preguntas de Coaching:
En la práctica, mis preguntas dependerán de las respuestas y dirección que marque mi coachee, por lo que no deben tomarse como una secuencia. Son sólo algunos ejemplos que espero que te sirvan como pequeño ejercicio de introspección.
- ¿Qué tendría para ti una situación laboral ideal? Escribe detalles de un día habitual de ese trabajo. De lo que acabas de anotar, qué importancia tiene cada uno para ti de 1 a 10
- ¿Con qué personas o tareas disfrutas más en el trabajo? ¿y fuera del trabajo?
- ¿Qué te falta de eso en tu trabajo? ¿Qué harás para conseguirlo? ¿Cómo podrías introducir algunas de esas cualidades en el trabajo actual? ¿A quién podrías pedir que cambiara otros aspectos?¿Cómo te aseguras no tener los mismos problemas en el nuevo trabajo?
¿Te agobia la vuelta al trabajo? ¿Crees que el trabajo te está afectando en otras áreas? ¿Te gustaría recuperar tu ilusión o vocación? … ¿Cómo? Con el Coaching. Mi misión como Coach es apoyarte en ese camino.
Si te ha gustado, te animo a que lo compartas o amplíes con algún comentario.
¡Hasta la próxima!
En Coachycom acompañamos a directivos, equipos y personas para que desarrollen su potencial y les servimos de puente entre lo que creen ser y lo que desean y llegan a ser. Nuestros clientes nos dicen que sus sesiones de Coaching les han servido para gestionar sus emociones, tomar decisiones y adaptarse mejor a los cambios. Y, sobre todo, para sentirse más felices y con más confianza en sí mismos. ¿Te apetece probarlo? Únete ahora y consigue una sesión de prueba gratuita.
Belén, se agradece recibir de forma periódica tus artículos con temas interesantes y relevantes.
En este caso quiero felicitarte y agradecerte por lo equilibrado de tú enfoque.
Por un lado parece una arrogancia quejarse de la vuelta al trabajo en un país como España en el que más allá de las cifras todos conocemos experiencias cercanas de lo que supone la falta del mismo. Y por el otro, es cierto que muchas veces las circunstacias hacen que tu trabajo no te permita generar la energia y la motivación necesaria para disfrutar de él y sentir que estás aportando y haciendo algo importante.
Las preguntas que propones invitan sin duda a la reflexión y a no tomar una postura de víctima, te invitán a ser el guionista y protagonista de tu propia vida.
Gracias por tus artículos y por tu vocación de ayudar a los demás desde el coaching