Que es la autoestima y para que mejorarla
La autoestima es simplemente una serie de ideas que hemos ido gestando a lo largo de nuestra vida que explican la valoración subjetiva que hacemos sobre nuestra persona. Y aunque se trate sólo de eso, de una valoración subjetiva, lo cierto es que determina, ¡y mucho!, el cómo nos sentimos y comportamos.
En palabras de Epícteto, quien ya hablaba de esto en el Siglo I, “No son las cosas mismas las que nos perturban, sino las opiniones que tenemos de las cosas”. En este caso, la opinión que tengamos de nosotros mismos.
Lo bueno de la autoestima es que, como cualquier opinión, no es algo fijo, ni objetivo, siempre varía y sobre todo se puede mejorar. Lo importante es conocerla y cuidarla porque una autoestima sana es la clave para sentirnos felices y a gusto en las diversas áreas de nuestra vida.
Una autoestima saludable siempre nos generará un gran bienestar que, a su vez, es lo que nos permitirá maximizar nuestro potencial personal y profesional. Por el contrario, los niveles más bajos pueden instalarnos en un estado de ánimo depresivo que puede ser la causa de emociones negativas, como la tristeza y la ansiedad, y de acciones y comportamientos que pueden impedir la consecución de nuestros propósitos.
Un ejemplo de cómo podemos fracasar en nuestros planes sería: Quiero adelgazar para mejorar mi salud y auto-imagen, pero ante alguna adversidad del día a día, al no saber gestionar mis pensamientos de valía o los sentimientos negativos que esta me haya provocado, acabo haciendo lo contrario de lo que me había propuesto y empiezo a comer lo que había decidido que no me conviene, para calmar mis sentimientos de ansiedad o frustración.
La comedia I Feel Pretty (2018) nos cuenta de un modo ficticio y divertido cómo esa valoración subjetiva o autoestima influye en cómo nos relacionamos y comportamos. La protagonista de esta historia empieza a verse muy atractiva después de caerse de una bicicleta y, a pesar de mantener el mismo aspecto de siempre, el hecho de creerse y sentirse guapa hace que se enfrente a grandes desafíos y consiga resultados extraordinarios, tanto a nivel personal como profesional.
¿Quieres medir tu nivel de autoestima?
Una de las herramientas que nos ayudará a conocerla de un modo sencillo es la escala de la autoestima de Morris Rosenberg. Hoy en día sigue respondiendo muy bien a la dificultad común en psicología y coaching cognitivo conductual (CCC), de medir qué variables influyen sobre nuestra conducta, sobre nuestros pensamientos y sobre nuestras emociones.
Y ahora, manos a la obra. Las afirmaciones del 1 al 5 se puntúan desde el 1 (estoy totalmente en desacuerdo) hasta el 4 (estoy totalmente de acuerdo), mientras que las afirmaciones del 6 al 10 se puntúan a la inversa, el 4 indica estar totalmente en desacuerdo y el 1 totalmente de acuerdo.
- Estas son las afirmaciones:
- Siento que soy una persona digna de aprecio, al menos tanto como los demás.
- Siento que tengo cualidades positivas.
- En general, me inclino a pensar que soy un fracasado/a.
- Soy capaz de hacer las cosas tan bien como la mayoría de los demás.
- Siento que no tengo mucho de lo que enorgullecerme.
- Adopto una actitud positiva hacia mí mismo/a.
- En conjunto, me siento satisfecho/a conmigo mismo/a.
- Me gustaría tener más respeto por mí mismo/a.
- A veces, me siento inútil.
- A veces, pienso que no sirvo para nada.
Puedes descargarla AQUÍ
¿Cuál es tu puntuación?
Antes de nada RECUERDA, se puede mejorar ¡y mucho!
- De 30 a 40 puntos: se considera una autoestima normal
- De 26 a 29 puntos: se trata de una autoestima media. No presenta problemas graves, pero conviene mejorarla.
- Menos de 25 puntos: nos habla de una autoestima baja. Existen problemas significativos de autoestima. Si es así, ¡ojo!, conviene que reflexiones y hagas algo por mejorar el modo en que te valoras porque puede llevarte a un estado depresivo y a un sufrimiento innecesario.
¿Qué nos propone la Psicología Coaching para mejorar la autoestima?
- No pasar por alto pensamientos y emociones negativas
No pasar por alto esas emociones negativas, reconocerlas y aceptarlas. Detectar, desafiar y cambiar esos pensamientos automáticos que pueden estar detrás. Ideas de minusvalía que podemos arrastrar desde pequeños, que alimentamos a fuerza de repetirlas sin cuestionarlas y que nos llenan de sentimientos negativos que acabarán condicionando nuestras acciones y saboteando nuestros planes.
- Tratarnos con amabilidad
Tratarnos de un modo más amable y empático, no conformista con el que liberarnos de esas mochilas de resentimientos que nos restan energía y competitividad. Reconozco de forma objetiva qué me hace sentir culpa, acepto en qué me equivoqué, acerté o a quién herí, me esfuerzo en entender que forma parte de nuestra naturaleza el cometer errores o tomar decisiones desafortunadas y me perdono por esos errores.
- Marcarnos metas y objetivos realistas
Proponerse retos realistas, a nuestro alcance y en línea con lo que realmente valoramos, deseamos y necesitamos. Liberarse de cargas innecesarias y de obligaciones autoimpuestas que no nos permiten avanzar hacia dónde realmente queremos. Cambiar los “tengo que” por los “elijo”, “quiero” o “deseo”
- Conocernos
Cambiar de foco, no mirar solo lo que nos falta sino también lo que nos hace únicos. Conocernos con matices, no evaluarnos en extremos del todo o nada, aceptar nuestro cuerpo, trabajar desde nuestras fortalezas y establecer acciones retadoras, realistas y saludables que nos ayuden a mejorar nuestra imagen única e irrepetible.
¿Mejor en compañía?
Lo que sí da resultados es enfrentarnos a lo que menos nos apetece, enfrentarnos a nuestros miedos e inseguridades, comprometernos con nuestro entrenamiento emocional, coger las riendas de nuestra vida para aprender a vivirla con sentido e ilusión.
Es muy difícil conseguirlo sin alguien externo que nos dé perspectiva y sirva de palanca facilitadora o escalón intermedio en el que apoyarnos. Para ello, nada como el acompañamiento de un profesional que entrenado en todas estas técnicas trabaje contigo de un modo colaborativo, reflexivo y creativo para enfocar los problemas desde otro punto de vista que te permita encontrar nuevas soluciones y asumir la responsabilidad de actuar para conseguir esos resultados extraordinarios: conocerte para quererte y valorarte.
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¡Hasta la próxima!
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Buenas tardes acabo de leer lo que has escrito sobre la autoestima y estoy totalmente de acuerdo contigo Belén. Creo que los problemas de autoestima son mas frecuentes de lo que la gente en general cree o piensa, y por lo tanto, motivo de muchos fracasos en distintos apartados de nuestra vida. Deberíamos todos/as ser capaces de reconocer si esta falta de estima, o el exceso (Egocéntricos), es lo que provoca u origina muchos, si no todos los problemas, quebraderos de cabeza, malos rollos, una mala interrelación con nuestras amistades, familia, etc.
A mi me ha encantado el articulo.
Saludos y un abrazo. Salud en estas fechas para todos/as.